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Tenemos 7 sentidos: los 2 desconocidos son los más importantes

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El fascinante mundo de la neurociencia revela que nuestro cerebro es mucho más intrincado de lo que se pensaba, y que la conexión entre el cuerpo y la mente va más allá de los cinco sentidos convencionales. De acuerdo a lo investigado, no tenemos cinco sentidos, tenemos siete.

Los sentidos que la mayoría desconoce, resultan ser los más importantes de según lo hallado por la neurociencia. Estos son la interocepción y la propiocepción, ambos proporcionan información de gran relevancia a nuestro cerebro.

La interocepción: Explorando las señales internas del cuerpo

La interocepción es como la sinfonía interna del cuerpo, una melodía de señales que nos conecta con lo más profundo de nuestro ser. En esencia, se trata de la capacidad del cuerpo para percibir y comunicar lo que sucede en su interior, proporcionando al cerebro información vital sobre el estado de los órganos y sistemas internos.

7 sentidos - interocepción

Imagina un director de orquesta invisible que coordina cada sección del cuerpo, desde el latido del corazón hasta la respiración, la digestión y más allá. La interocepción es la partitura de esta sinfonía interna, permitiendo al cerebro interpretar y responder de manera efectiva a las necesidades y cambios internos.

Este sentido nos conecta con sensaciones profundas, como el latido del corazón, la respiración, la actividad del estómago e incluso las emociones que surgen desde el centro mismo de nuestro ser. Es la capacidad de sentir la danza constante de la vida interna, una danza que a menudo pasa desapercibida en el bullicio diario.

Nuestro GPS interno

En términos prácticos, la interocepción es el GPS interno que guía al cerebro, permitiéndole ajustar nuestras respuestas fisiológicas y emocionales de acuerdo con las necesidades del momento. Por ejemplo, si estamos sedientos, la interocepción nos hace conscientes de esa sequedad en la boca, instando al cerebro a activar la sensación de sed y motivándonos a buscar líquidos.

Sensación de sed

Este sentido adquiere una importancia particular en el ámbito de la neurociencia, ya que se ha reconocido como el sentido fundamental, el número uno en la jerarquía sensorial del cuerpo. El cerebro da prioridad a la información interoceptiva, ya que refleja el estado interno del organismo, influyendo en la toma de decisiones, la gestión emocional y la respuesta a situaciones diversas.

Así que, la próxima vez que sientas el latido de tu corazón, la respiración profunda o la sensación en el estómago cuando estás nervioso, recuerda que estás sintonizando la interocepción, explorando las señales internas que te conectan íntimamente contigo mismo. Es el arte de escuchar los susurros de tu propio cuerpo, una conexión única que nos recuerda que somos más que la suma de nuestros sentidos externos, somos la sinfonía en constante evolución de la vida interna.

La propiocepción: El arte de conocer nuestro propio cuerpo

La propiocepción es como el sexto sentido que nos permite explorar y entender nuestro propio cuerpo en el espacio. Imagina ser el coreógrafo de tu propio baile, donde la propriocepción es la maestra que te guía para sentir cada movimiento, cada gesto y cada posición de tu cuerpo sin necesidad de mirar.

7 sentidos - propiocepción

En términos simples, la propiocepción es la capacidad del cuerpo para percibir su posición, movimiento y esfuerzo sin depender de la vista. Es el guardián silencioso que nos dice dónde está cada parte de nuestro cuerpo, incluso con los ojos cerrados, permitiéndonos coordinar movimientos de manera fluida y consciente.

Este sentido nos permite sentir la posición de nuestras extremidades, la tensión de los músculos y la relación espacial entre nuestro cuerpo y el entorno circundante. Cuando caminamos, corremos o simplemente nos movemos, la propiocepción nos brinda esa sensación innata de dónde están nuestros brazos, piernas y el resto del cuerpo en cada momento.

Un ejemplo claro de la propriocepción en acción es la capacidad de tocar tu nariz con los ojos cerrados. Tu cuerpo, gracias a este sentido, sabe exactamente dónde está tu mano y tu nariz en relación entre sí, sin la necesidad de la vista.

Coordinación motora y el equilibrio

Este sentido es fundamental para la coordinación motora y el equilibrio. Nos permite adaptarnos a diferentes superficies, ajustar nuestra postura y reaccionar ante cambios repentinos. Desde el simple acto de caminar hasta actividades más complejas como escribir o bailar, la propriocepción es la bailarina invisible que dirige la coreografía de nuestro movimiento.

Propiocepción - escribir

En el mundo de la neurociencia, la propriocepción tiene un papel esencial en la representación mental del cuerpo en el cerebro. En la corteza somatosensorial, una especie de mapa neuronal que representa nuestro cuerpo, la propiocepción tiene su propio espacio destacado.

La propiocepción es ese sentido mágico que nos conecta íntimamente con nuestro cuerpo, permitiéndonos explorar el espacio que habitamos y movernos con gracia y conciencia. Es el aliado silencioso que nos acompaña en cada paso, recordándonos que somos los maestros de nuestra danza corporal, capaces de sentir y entender cada movimiento, gesto y posición sin necesidad de mirar.

Explorando los secretos del cuerpo: La ciencia de escuchar los susurros del cuerpo

La neurociencia desentraña los misterios de cómo la postura y las expresiones faciales influyen en nuestro cerebro, y cómo podemos aprender a escuchar los «susurros del cuerpo». La neurociencia, en los últimos cinco años, ha ampliado la perspectiva tradicional de los sentidos, reconociendo la existencia de siete en lugar de cinco.

El sentido más crucial es la «interocepción», la información que el cerebro recibe sobre lo que sucede dentro de nuestro organismo, desde el corazón y la respiración hasta el estómago y el intestino. Este sentido, junto con la «propiocepción», que comprende la postura y los gestos, supera en importancia a los cinco sentidos externos que tradicionalmente conocemos.

7 sentidos - cerebro

La postura tiene un impacto directo en la percepción emocional y la memoria. Un estudio emblemático con bolígrafos demostró que incluso simulando una sonrisa o frunciendo el ceño puede cambiar nuestra interpretación del mundo que nos rodea.

Los investigadores destacan la relevancia de la consciencia corporal para comprender nuestras emociones. Animando a la observación constante del cuerpo, sugieren que esta conciencia puede ser clave para gestionar nuestras respuestas emocionales y tomar decisiones informadas.

En cuanto a la respiración, destacan su vínculo con la memoria y la gestión emocional. La respiración nasal, especialmente lenta, se revela como un poderoso marcador de ritmo para el cerebro, influyendo en nuestra capacidad de recordar y manejar las emociones.

Todo esto, nos invita a explorar y comprender nuestro propio cuerpo, destacando la importancia de aprender a «escuchar» el instrumento con el que suena nuestra vida. Este viaje de autoexploración, nos revela que el cuerpo no grita, sino que susurra, y aprender a escuchar esos susurros puede ser la clave para una vida más consciente y equilibrada.