La leyenda del «Sillón del Diablo» tiene sus raíces en el año 1550, cuando se fundó la primera cátedra de anatomía humana en España en la Facultad de Medicina de la Universidad de Valladolid. La cátedra estuvo a cargo de Alonso Rodríguez de Guevara, quien desempeñó un papel fundamental en la introducción de la disección de cadáveres humanos en España, gracias a un permiso real.
Uno de los estudiantes que asistió a esta innovadora cátedra fue un joven de origen portugués y sefardí llamado Andrés de Proaza. Tenía tan solo 22 años en ese momento, pero ya mostraba un profundo interés en la anatomía humana y estaba ansioso por aprender todo lo que pudiera sobre el tema.
El comienzo de lo macabro
Se dice que Andrés de Proaza era un estudiante excepcionalmente dedicado y apasionado por la anatomía. Durante sus estudios en la Universidad de Valladolid, se destacó por su habilidad y su deseo de comprender a fondo el funcionamiento del cuerpo humano.
La leyenda del «Sillón del Diablo» toma su nombre de un suceso misterioso que involucra a Andrés de Proaza. Se cuenta que, en su búsqueda de conocimiento, Andrés se embarcó en un camino inusual y arriesgado. Durante la noche, mientras todos los demás estaban sumidos en el sueño, se deslizaba en secreto a la sala de disección de la universidad para continuar sus estudios en solitario.
Andrés de Proaza, ansioso por obtener una visión más profunda de la anatomía, decidió realizar disecciones por su cuenta, desafiando las normas de la época. Para ello, utilizaba un sillón o butaca en la que se sentaba junto al cadáver que estaba estudiando, iluminado solo por una vela. Se dice que este sillón se ganó el nombre de «Sillón del Diablo» debido a la oscuridad y a la soledad en la que Andrés se sumía durante sus sesiones nocturnas de estudio.

Una práctica horrible y clandestina
La historia cuenta que Andrés de Proaza continuó sus estudios clandestinos durante algún tiempo, enfrascado en sus investigaciones sobre la anatomía humana. Sin embargo, su dedicación extrema y su aislamiento nocturno comenzaron a tener un efecto negativo en su salud física y mental.
En 1550, el mismo año en el que inicia la catedra de anatomía, se hizo la denuncia de la desaparición de un niño de tan solo nueve años.
Poco tiempo después, los habitantes de la calle Esgueva de Valladolid informaron que escuchaban gritos, ruidos extraños y gemidos, provenientes del sótano de la vivienda del joven Andrés. La parte trasera de esta vivienda daba a la calle Solanilla, lo que permitió que los vecinos descubrieran los ruidos mencionados.
Para incrementar aún más el espanto y el asombro de los vecinos, vieron correr agua mezclada con sangre por medio del desagüe proveniente de la casa. Esta agua sangrienta llegaba a una de las vertientes del rio Esgueva.
Ante estos hechos, los vecinos llamaron a las autoridades locales, quienes acudieron al lugar para encontrarse con un escenario espeluznante. Sobre una mesa hallaron el cuerpo del niño que había desaparecido, el cuerpo del infante estaba despezado, debido a que se le había practicado una autopsia mientras aún vivía. Adicionalmente, encontraron los cuerpos sin vida de gatos y perros en la misma posición que tenía el cuerpo humano sobre la mesa.

La confesión de Andrés de Proaza
El joven estudiante confesó que había hecho un pacto con el Diablo por medio de una silla que se encontraba cerca de su escritorio. En dicha silla se sentaba a plasmar en papel sus ideas macabras, así como sus apuntes sobre nigromancia, o las autopsias que ponía en práctica sobre los seres vivientes que se dedicaba a cazar.
Cuando Andrés se sentaba en el sillón, el Diablo le facilitaba toda la sabiduría relacionada al mundo de la medicina, y entablaba una comunicación con él.
Cuando las autoridades procedieron a registrar los pisos superiores de la casa, hallaron la silla elaborada en madera de nogal. Tanto el reposo como el respaldo eran de cuero color marrón.
El «Sillón del Diablo» se convirtió en un símbolo de horror y terror en la ciudad española, el cual ha perdurado en el tiempo como una de las leyendas más espeluznante.
Debido a todos los hechos acaecidos, el joven Proaza fue juzgado y condenado por la Inquisición, y su sentencia fue morir en la hoguera.
¿Cómo es y dónde se encuentra el sillón?
El sillón es una silla compuesta por brazos desmontables. La pieza de mobiliario data de la segunda mitad del siglo XVI, de acuerdo a los especialistas en la materia.
De acuerdo a la leyenda que acompaña al Sillón del Diablo, aquel que se siente en este tres veces, morirá en poco tiempo, o adquirirá el conocimiento del mundo.
El sillón se encontraba en el edificio de la Universidad, colgado al revés en el techo de la capilla universitaria. Cuando esta edificación fue derrumbada, el sillón fue trasladado al Museo Arqueológico de Valladolid.

Fuente: Wikipedia
Bibliografía recomendada
El «Sillón del Diablo» es una leyenda urbana que ha circulado en diversas regiones de América Latina y Europa. Aunque no es una figura tan conocida como otras leyendas, como «La Llorona» o «El Chupacabra», ha inspirado relatos y especulaciones en la cultura popular. A pesar de que no hay libros ampliamente reconocidos sobre el «Sillón del Diablo», a continuación, te proporcionamos una lista de libros que pueden explorar temas relacionados con leyendas urbanas y folklore latinoamericano:
- «Leyendas Urbanas: Terror en la Noche» de Pedro Engel: Aunque no se centra específicamente en el «Sillón del Diablo», este libro aborda varias leyendas urbanas que han aterrorizado a las poblaciones en América Latina. Ofrece una visión general de las historias de miedo en la región.
- «El Folklore y las Tradiciones en América Latina» de Richard Dorson: Este libro proporciona una exploración profunda de las tradiciones folklóricas en América Latina, incluyendo leyendas urbanas. Aunque no se centra exclusivamente en el «Sillón del Diablo», puede ofrecer un contexto cultural.
- «Mitos, Leyendas y Cuentos Peruanos» de Jorge Luis Llosa: Este libro se enfoca en las historias tradicionales de Perú, incluyendo mitos y leyendas populares. Aunque no menciona el «Sillón del Diablo», puede proporcionar información interesante sobre folklore en la región.
- «Leyendas de Chile» de Pedro Lemebel: A pesar de no centrarse en la leyenda específica del «Sillón del Diablo», este libro aborda leyendas chilenas que pueden ser de interés para aquellos que buscan explorar el folklore de América Latina.
Es importante tener en cuenta que, debido a la naturaleza de las leyendas urbanas, la información disponible sobre el «Sillón del Diablo» puede variar ampliamente según la región y la tradición oral. Los libros mencionados aquí pueden ofrecer una visión general del folklore y las historias de miedo en América Latina, pero no se centran en esta leyenda específica.
Psicóloga experta en orientación y guía. Redactora a tiempo parcial sobre temas de crecimiento personal y esoterismo. Vidente natural. Trayectoria de más de veinte años en el mundo de la videncia.